La Docencia De La Ópera.

 

El Acrónimo De Verdi.

Siempre pienso que es mejor el tino (soltar lastres a tiempo), que el destino (aguantar estoicamente lo que otros te imponen). Nada como las óperas de Verdi para reflexionar. Tan ricamente.

El Deporte Es Divertido.

 

Y La Fonética, También.

Además de ser entretenidos a nivel deportivo, los JJOO también dan para mucho fonéticamente. El ejemplo ya se ve arriba, en la foto. Pero no es el único: En la misma categoría en la que lucha nuestra brillante taekwondista y medalla de plata, Adriana Cerezo, compite una taiwanesa que se llama "Sim-Su-Po-Ya". Por no hablar de las atletas "Mamona", "Putalova y "Perra". Me divierte mucho mirar los paneles con los nombres de los deportistas. Eso sí, esos pobres asiáticos y demás, si se piensan exiliar en España (por eso que dicen de que aquí se vive mejor, cosa que dudo), más vale que se cambien de nombre, porque los descojones a su paso iban a ser estelares.

Cuando El Diablo No Tiene Qué Hacer...

 

Se Prepara La Cena.

Eso sí, que al menos sea algo creativo. Para algo soy quien soy.  

Amabilidad Y Cortesía.

 

Mi Personal "Tetrálogo".

-Nunca voy a donde no me invitan.

-Jamás pido si no me ofrecen.

-Rara vez  explico si no me preguntan.

-En ningún caso impongo mi presencia si percibo que me evitan.

Se llama "cortesía y educación", cosa cada vez más rara en los tiempos que corren.

A Rajatabla.

 

Herramientas.

Clavo a clavo, remache a remache. Sin apartarme ni un milímetro de mi camino. Da igual hacerlo sola o en compañía, pero hay que llegar hasta el final, siempre.

Siempre Me Quedará París, O Madrid, O...

 

Cuando Me Quite La Mascarilla...

... Volveré allí, a respirar ese cielo gris  y el aroma a "croque monsieur" que en cada viaje me acompañó. Cuando me quite la mascarilla, me quedaré envuelta en una charla interesante con los viejos amigos, en una terraza del Madrid de los Austrias, hasta que el camarero nos eche casi al alba para irnos a desayunar a San Ginés, y así olvidarme del regusto de peroratas insufribles y amorfas con sabor a "coitus interruptus". Cuando me quite la mascarilla, haré lo que largo tiempo he deseado y no me he atrevido: buscar y hallar a alguien por las callejas de la ciudad imperial, para pedir una simple explicación que se me debe. Luego... ya podré regresar a la tranquilidad de mi refugio.

Haciendo Equipo.

 

En Favor De La Esperanza.

Dicen que cuando una puerta se cierra, siempre se abre una ventana. Pues esperemos conformar un nuevo equipo para compartir momentos estelares y risueños, que los tiempos que corren no están para desperdiciar afectos.

En Una Mañana, Al Este Del Edén.

 

¿Quién Me Lo Iba a Decir?...

Sí, a mi edad, transfigurada en un perdido Cal Trask cuidando y mimando a una de las personas que le ha destrozado la vida. ¿Deber, tal vez?, no; no creo en esas estupideces de deberes heredados, pero hasta alguien tan cínico como yo padece de una enfermedad rara llamada "compasión".

Espíritu Crítico.

 

Comparaciones Odiosas.

Comparadas con los libros, la mayoría de las cosas valen poco; las personas... nada.

La Bendición Del Pragmatismo.

 

Se Puede Escribir...

 ... Con letras más grandes, pero no de forma más clara. Para mí se ha convertido en una de mis verdades universales.

Idolatría.

 

Del Pasado Aún Vigente.

"Vivimos en una época en que las cosas innecesarias son nuestras únicas necesidades".

Oscar Wilde

Agravio Comparativo.

 

¿Crisis?... ¿What Crisis?

 —Tienes que salir del ostracismo. No puedes seguir viviendo así—me recriminaba Quique, mientras agrupaba los libros que le iba devolviendo a un lado del mostrador de la biblioteca— . No es sano.

—Es reconfortante. Algo aburrido, pero reconfortante— le contesté sonriendo.

—Aunque pienses que el aislamiento del campo te favorece, no es así—continuó insistiendo mi amigo el bibliotecario—. Se me ocurre algo para animarte. ¿Qué te parece una fiesta en tu casa?, yo me encargo de todo. Conozco a todo el mundo por aquí.

—No me interesa el mundo—respondí con acritud a sus buenas intenciones, pero Quique no estaba dispuesto a soltar a su presa.

—Se puede montar una buena tertulia, de las de antes, sé de personas que te gustarán. No acepto un “no” por respuesta. 

Me rendí ante su insistencia, sabía que era inútil, así que asentí pero le apunté:

—Con una condición: Nada de chuletadas a la brasa de garrulos, ya sabes que las odio. 

—No pienso en garrulos, sino en lo mejorcito de la zona. No los conoces, porque la mayoría son tan ariscos como tú. Pero merecerá la pena. Como te he dicho, del “catering”, me encargo yo. Tú sólo preocúpate de las bebidas, que para eso tienes buen paladar.

El día de la reunión, no pude por menos que agradecer a mi amigo que trajese a la finca a un grupo que constaba de algunos escritores, una marchante de arte, un par de profesores de aspecto distraído y un actor de la zona muy divertido que animaba constantemente el cotarro.

La velada era entretenida, entre el vino y los canapés.  Nos divertíamos. Observé a Quique mirar por los ventanales de la casona, consultando su reloj.

—Pues sí que tarda Itziar—dijo—. Confío en que no se haya perdido.

—¡Ah!, ¿pero esperamos a alguien más?—le inquirí con extrañeza—. Pensé que habíais venido todos juntos.

—Noooo—contestó con voz atipladamente exagerada Mario, el actor—. Falta el alma de la fiesta. Que siempre acostumbra a llegar la última, todo sea dicho de paso—. Y estallaron las carcajadas.

No habían transcurrido ni dos minutos, cuando se escuchó el motor de un coche y luego el ruido de un portezuela al cerrarse. Unos pasos sobre los guijarros del camino de entrada nos desvelaron que la invitada se acercaba a la casa.

—Voy a recibirla con la copa de vino, que vendrá muerta de sed—Mario sirvió una copa y con ella en la mano, se dirigió a  abrir la pesada cancela de la finca.

Entró al instante, seguido de una figura de mujer, alta, vestida de blanco y de andares tan cadenciosos que pareciera que la fuerza de la gravedad no rigiese para ella.

Todos la saludaron amigablemente, especialmente la marchante, quien la tomó del brazo y me la puso enfrente. La reconocí al instante.

—Te presento, si es que hace falta presentación a Itziar Goñi, la única que se ha atrevido a mandar a la mierda en público al mismísimo director del Museo del Prado.

—Es un placer, no pensé que vivieses por aquí—le tendí la mano aturdida, casi avergonzada por la mirada penetrante de la conocida pintora, que me hizo dudar entre el magnetismo y la electricidad.

—Vivo en muchos sitios—me contestó clavándome las pupilas de color dorado y haciéndome sentir un escalofrío—. Pero cuando decido retirarme, lo hago en la vieja casa familiar de Miranda. Ahí no me molesta nadie.

—Vaya—le conteste—. Pues es todo un honor tenerte aquí. 

Los demás invitados se fueron dispersando en torno a la mesa para continuar comiendo y bebiendo. Sólo la pintora y yo, nos quedamos mirándonos durante unos segundos eternos sin decir palabra. 

Un estruendo me sacó de mi ensimismamiento. La copa de Itziar acababa de caer al suelo, derramándose el vino por el suelo blanco, brillante e inmaculado de mi salón.  Levanté la vista al ver el estropicio y tuve la sensación de que la había dejado caer adrede.

—Voy a buscar algo para limpiarlo. Espero que no te haya salpicado demasiado y te haya manchado el traje—me expresé de forma aturullada y algo cabreada, por no saber qué decir.

—No, por favor—me sorprendió que me sujetase del brazo y no me dejase moverme y bajando los ojos hacia la mancha del suelo, sacó de su bolsa un cuadernillo con un lápiz de carboncillo que pendía de un cordel, con la otra mano  y prosiguió—. Es una maravilla, la ebullición de la sangre…

La artista me soltó el brazo y comenzó a bosquejar líneas en el cuaderno. Todos se agolparon a su alrededor como maravillados. Sólo yo parecía sentirme molesta.

Se incorporó y guardó su instrumental en el mismo lugar del que lo extrajo. Se encaró conmigo y añadió, volviéndome a tomar del brazo y sonriéndome :

—Venga, te ayudo, escritora frustrada.

La observé sin decir palabra. En aquel instante tuve la impresión de que el curso de mi aburrida historia, se forjaba en las manos de aquella mujer,  y no me equivocaba al pensar que iba a dar un giro totalmente extraordinario  y trágico.

S.O. (2021).

Impresión: Sol Naciente.

 

Jamás Es Tarde.

Para tratar de cambiar algunos parámetros vitales, nunca lo es. A unos les gustarán más los cambios; a otros menos. Pero siendo sincera, lo que piense el resto me es absolutamente indiferente, como siempre. 

Teoría De Los Agujeros Negros.

 

La Grandeza De Los Hoyos.

Envejezco. Lo siento día a día en que ya no requiero sustituir nada de lo que pierdo. Así mi vida se va haciendo más liviana. Cuantos más agujeros, menos lastre. A la muerte hay que acercarse con el equipaje ligero... 

Sin Referencias.

 

Reloj De Sol.

A medida que envejezco me doy cuenta de que la felicidad, antes, era como una línea continua. Luego, esa línea se va descomponiendo en unos pocos puntos dispersos que te ves obligada a atrapar como si fuesen moscas al vuelo. Siempre hay más fallos que aciertos. 

Trilogía De La Lucha Por La Vida.

 

Gambitos.

Para mí, ser brillante no es triunfar, es tomar las mejores decisiones en los peores momentos. Y, a veces, hasta me aplico el cuento.

Ser O No Ser, El Gran Dilema.

 

Casos Y Cosas.

 En la cola de la vacunación contra el bicho, esperando pacientemente.

Dos garrulillas que tenía detrás y que no paraban de hablar me preguntan:

-¿Le está guardando el sitio a alguien?, porque eso no es lo suyo.

-No-les contesté con acritud y seguí jugando con el movil.

-Entonces se ha colado. Esta cola es para los mayores-volvió a insistir la que llevaba la voz cantante-. Usted es mucho más joven, no tiene ni arrugas.

Comprendí que lo de ir escondida tras la mascarilla, ocultaba los dos únicos pliegues que padezco, en la comisura de los labios. Procuré no inmutarme y como llevaba en la mano la tarjeta sanitaria y el carnet de identidad, les puse éste último delante de las narices, con muy mala leche, diciéndoles:

-Si saben leer más de dos números juntos, lo comprueban.

Leyeron, se miraron la una a la otra y dijeron:

-Perdón, pero es que nos parecía ud. tan joven...

Y ahí mi disyuntiva "to be or not to be"... ¿Les daba dos hostias o un abrazo?...

Del Tiempo, Ése Desconocido.

 

Libro De Horas O Minutos... O Segundos.

Es tiempo ya. No me resta más que irme alejando lenta e inexorablemente a mi punto de fuga hasta desaparecer para siempre...  Aunque "siempre" sea demasiado tiempo.

Me Queda La Palabra.

 

Tonterías, Las Justas.

A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando haya pasado todo este bache; seleccionaré todas y cada una de las palabras que use y a quien merezca que se las dirija (que va a ser muy poca gente). ¡A Dios pongo por testigo de que nunca más van a manipularme o utilizarme, porque estoy harta y asqueada!...