El futuro. 

Tiempos modernos.

Hoy no estoy nada trascendente. Será porque anoche me topé, de narices, con un par de textos colgados de la inefable HiedraOpheliaOceanía, en el foro de orlando. Ante tamaña trascendencia e hipersensibilidad en mis glándulas sudoríparas, decidí, como terapia y contra mi costumbre, conectar el aparato castrador de reacciones neuronales. Debía de hacer mucho tiempo que no veía la tele. Apareció ante mis ojos una locutora plástico-atractiva asegurando que las Matemáticas habían conseguido sanar un cáncer de hígado. Miré y olfateé el fondo de mi vaso para cerciorarme de no haber confundido la botella del disolvente cálcico del fregadero con la del agua de Vichy, y después de ver que las burbujitas que se agitaban en el fondo del mismo eran las correctas, pensé en el poderoso mundo curativo que se abría ante nosotras: Se acabaron los antihistamínicos. Podría sanar de mi maldita alergia con incrustarme en las fosas nasales los coeficientes de Fourier. Evitar las gripes mediante unos simpáticos wronskianos y los catarros, como son cosa de poco, con una simple ecuación diferencial. La gente ya no tendrá que ir al médico para exponer en voz baja, y sonrojándose, cómo diablos piensa que se ha contagiado una vergonzante enfermedad venérea. Con aplicar las operaciones con espectro "discreto" de los espacios de Hilbert (no sé exactamente dónde, pero eso ya lo resolverán los matemáticos), ya se podrá fornicar sin miedo a un sifilazo. Será el paraíso para las mujeres, podremos sustituir las compresas y tampax de la fastidiosa regla, aplicando la otra "Regla", la de L'Hopital. Emborracharnos sin temor a las resacas vomitivas, gracias al Teorema de Cauchy. Hasta me voy a apiadar del bastardo de mi jefe, el gordo, bajito, machista, facha y con moscas, aconsejándole que cuando padezca uno de sus molestos ataques de dolor producidos por sus hemorroides (almorranas en román paladino), se introduzca en las posaderas el relajante y fresco Teorema de Bolzano, que además rima con el nombre de la zona en cuestión. Espero que no se lo tome como un insulto y me sancione de empleo y sueldo, por insolente, porque de Matemáticas anda justito.

De vez en cuando, merece la pena ver el noticiario casposo de la televisión.

La ilusión.

Impacto del Verbo contra los dientes.

Mi escasa sensibilidad para la poesía logra enfurecer a la belleza, por ello me perfumo con un veneno almizclado y embriagador que muta el aire que me rodea en un alambre de afilado espino.

Aquellas que os atrevéis a aproximaros a mí, recibid mi tributo:

A Poison Tree.

And it grew both day and night,
Till it bore an apple bright,
And my foe beheld it shine,
And he knew that it was mine -
And into my garden stole
When the night had veiled the pole;
In the morning, glad, I see
My foe outstretched beneath the tree.


Un Árbol de Veneno (Fragmento).


...De noche y de día creció,
hasta que una manzana brotó;
mi enemiga la contemplaba brillar,
sabiendo que era mía.
y en el jardín la robó,

cuando la noche el polo había cubierto:
por la mañana dichosa estuve al ver
a mi enemiga bajo el árbol yaciendo.

William Blake (1757-1827)

La Culpa. 

Secretos y mentiras.

Soy una mala hierba. Las malas hierbas son las únicas que no mueren al ser trasplantadas. Sobrevivo siempre en lugares que no me corresponden; a cualquier temperatura, bajo cualquier condición.

Aquí estoy yo.

El Día de la Madre

Raíz cúbica.

Daría la vida que he vivido, la existencia que me queda. Ofrecería, incluso, las vidas que debería haber tenido y las que me hubiese gustado vivir; sólo por haber nacido por generación espontánea.

El olvido. 

Ángel sin cabeza.

Necesito saber en que lugar se esconden los pasos que he dado, los caminos que he recorrido, las manos que una vez me acariciaron y la niñez perdida. Necesito saber dónde se hallan apilados mis recuerdos, las miradas y los cánticos de sirena. Necesito saberlo, es urgente. Sólo de esa manera podré incendiarlos hasta reducirlos a cenizas.

Deliverance. 

Oración Retiaria ante las ruinas de Cartago.

Sin piedad. Sin pestañear. Como parte del trabajo encomendado, arrinconando la clemencia en un anaquel de nuestro olvido. Cuestión de experiencia. Prometí devolver en la misma moneda en la que me pagaron, sed de revancha como justiprecio. Ella me enseñó, en un octubre rojo como la sangre, que confíar en promesas nos obliga a descender al averno de pagadores de los réditos usurarios por un capital de dolor. Por ella, por las que vendrán, tomo mis armas."UT QUISQUEM VICERIT OCCIDAT".

Dos ante la luz. 

Adivinanza.

¿Quién de todas vosotras se ve cogida de mi mano en esta imagen?

Desesperanza. 

Negociaciones

¿Qué regla de conducta hay que seguir para no devenir en Kurten, Wournos o Toole? Dieciocho mujeres histéricas me han traído a este estado lamentable. Sus cadáveres no hubiesen cabido en el almacén de logística de la empresa. Los edificios de este pueblo, ya no son lo que eran. ¡Lástima! Sólo me queda encender un par de velas ante la imagen de mi querido Bundy. O encomendarme a Berkowitz rezando su oración:

"I am deeply hurt by your calling me a women-hater. I am not, but I am a monster. I am
the Daughter of Sam... I love to hunt. Prowling the streets looking for fair game - tasty
meat. The women of #Orlando are the prettyest [sic] of all...."

Elogio de la posición horizontal.

RecoNoceR (bonita y palindrómica palabra).

Todos se empeñan en que hay que matar los demonios que llevamos dentro. ¿Cómo vamos a asesinar lo que es inmortal? Dejémonos de autoengaños. El único modo de ahuyentar a esos seres espectrales es simple: Yacer con ellos.

Ella...y su luna, generando estrellas.

El otro sueño del mono loco.

Y tu voz, ¡siempre tu voz! con ese acento que se me hace extraño. No puedo disolver tu voz en tu palabra; no obstante, las necesito ambas. Moviéndome en este bosque de piedras, embrujado de noches y rencor, dibujo un trazo a ciegas con un cayado que se aferra a los nudos de mis dedos, en el anhelo de una senda inexistente. El aquelarre entona el cántico sobrecogedor de la hora de las hechiceras que me arrebatan los hilos de mi piel. ¡Que se lo lleven todo! Que mis huesos blanqueados formen un pergamino misterioso que te descifre la clave de mi más recóndito secreto. Sólo te imploro que vuelvas tu cabeza y no seas descubierta por las brujas. Ellas te creen de su estirpe. Tú y yo lo sabemos. No eres una bruja. Eres una sirena de simetría arcana, la dueña de mi sangre. Mi sirena lateral.

La Entrega 

Entretelas de un sueño.

Soñé mi cuerpo sentado sobre una alta montaña. Tierra roja, sobre la que me deslizo sin daño, sólo con el temor de no vislumbrar el color del fondo del abismo. Me llueven, alrededor, miles de pieles secas de serpiente, grises como perlas, con un casi imperceptible filo turquesa. Acompañan mi caída cubriéndome como un manto que me repugna y me protege a la vez. Estoy cerca del fondo. La tierra densa trata de cegarme... y al final, el cielo. Sueño que me precipito, y en realidad me asomo al brocal de un pozo que me contiene... Al final..., el cielo.

El Saber 

Abadesa Faria...

Tienes que aparecer. Casi medio siglo esperando a que el túnel que socavas se encuentre con mi celda. Necesito que me dibujes en el suelo del mísero habitáculo que me aprisiona, todo cuanto contienes. Sé que existes y que me buscas. Aprenderé de ti. Descúbreme la sabiduría, enséñame. Puedo soportar estos muros, incluso el silencio y la muerte; lo que no puedo tolerar es que se pierda toda la luminaria de tu saber, si no por justicia, al menos por venganza... Apiádate de mí y... dignifícame.

Recurrencia 

Rendición Incondicional

¡Qué difícil es arrastrar el alma cuando te han alimentado de odio!
Vengo de una crianza con un sonajero de espinas.
Mi lenguaje imperfecto se estrella, incluso, contra una sirena lateral.
El rencor se despereza cada mañana en mi boca, con mi primer bostezo....